viernes, 13 de marzo de 2015

A tiempos, a cachos, a días

No sabía que coño hacer
apagué la luz
cerré los ojos
y moví el cuerpo con la música,
llevada por alguien
completamente sola,
unos cuantos colores bailaban conmigo
y yo desprendiendo a llorar.
Quería llenar cada poro de poesía,
y que me enseñasen a amar
desde el primer te quiero,
pero me quedé
una vez más
jugando con el olvido
arracándome la tristeza
que se había acurrucado
en mis lumbares,
queriendo subir
y yo sin escalera,
arrañando la pared con las uñas
rotas del cansancio,
desprendiendo los últimos recuerdos que me quedan.
Llevaría un vestido
hecho con los rayos de sol que tocan mi ventana,
pero se que la lluvia
le sienta mejor a mi pelo,
y tengo la capacidad
de reconocer la belleza de un arcoiris
en el más feo de los paisajes.

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