viernes, 27 de marzo de 2015

El absurdo de lo incierto o como no morir en el intento

Me he convertido en una mujer de barro
y jugué una vez más
uno, dos
casilla de salida
y ojos verde musgo
incomprensible,
mezclé el besar con el querer
y hasta las puntas de mi pelo
se pierden
cuando buscan el sol,
tres, cuatro y cinco
dos turnos sin tirar,
y me fui con mis ojos marrones
y mi media melena,
fundiéndome entre los brazos de la locura
y el miedo,
quebrando las yemas de mis dedos
ante un tacto incierto,
vuelves a tirar,
pisé las calles de Barcelona
aferrándome a ti
y puede que
este perdiéndole
el miedo a Madrid
o a confundir un rock
con un twist.
En el rojo
de mi pupila,
ahí está todo,
o lo poco que me queda,
de las cosas que me dejan ser.
Cinco, seis, comida,
devorada,
arrancada a cachos,
desde el rosa de mis labios
hasta el azul de mis uñas
descuidadas.

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