Hoy
a las cinco de la mañana
casi vuelvo a llorar
e intentando taparlo todo
con cemento
han crecido raíces
entre el engrudo
que me han vuelto a romper por la mitad.
Pequeña,
minúscula,
casi infinita,
pude ver como todo desaparecía,
en un universo que no conocía,
que no tenía nombre,
y mira que a mi
siempre me han gustado las galaxias.
A él lo recuerdo con odio,
a ella con nostalgia.
Yo que se,
ya dije que hace mucho perdí mi nombre,
y a día de hoy no lo encuentro,
o puede que sea yo
la que me pierdo,
entre mis ganas de echar a correr
y las de envolverme en sueños.
domingo, 4 de enero de 2015
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