Que alguien me haga el favor de arrancarme las ganas
a tirones,
salir del espiral,
que alguien me recuerde quien soy, y que hago
y que quiero, sobre todo
que quiero.
Lanzarme al vació
sin arnés,
sin red,
sin nada abajo
y estamparme de bruces con la realidad.
Y yo que pensaba que era dura,
como se disipa
cuando alguien te ve el lado frágil,
cuando alguien es capaz de ver tus dos grietas
que te parten en mil.
Si el anhelo hubiese sido Moscú
como lo quiso Antón
quizás las cosas hubieran sido diferentes.
"Que graciosa eres, cuando nadie te mira"
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