Mierda, sí, eso exactamente, mierda, es lo que tiene ahora
en su vida, aquella que ha tirado por el precipicio, esa vida que anda sin
esperanza, sin rumbo por un noche oscura, sin estrellas, una noche fea, donde
la luna es la única que brilla y la alienta a seguir a delante, le susurra al
odio que todavía le quedan miles de sueños por cumplir, miles de pasos que dar,
pero ahora no sabe ni que pensar.
Quiere derramar lágrimas entre chupitos de absenta, deja el
veneno que puebla sus labios en los vasos, no siente, todos los besos le son indiferentes.
Se ahoga, se hunde, mañana será otro día.
Esto se está llenando de desesperanza muchacha. No me gusta.
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