lunes, 29 de noviembre de 2010

Sin sentido

Ella lo besó, sin más. Él se apartó, no se lo esperaba.

-No lo entiendo- dijo

-Será que no tengo sentido, me da que nunca lo tuve. Un día pienso una cosa, un día te odio, y no quiero saber nada de ti, no quiero saber nada del amor y de tonterías cursis, y al día siguiente es todo lo contrario, y lloró con cada película en la que haya un beso de por medio, y me acuerdo de ti, y te tengo ganas. Vivo en una constante montaña rusa, donde mi corazón lucha encarecidamente con mi cerebro, donde los sentimientos no saben su lugar, y van a donde les da la gana. Me niego a creer en el amor, ¿pero sabes? Realmente tengo miedo, y lo tendré siempre, por eso me limito a alejarme de la gente, a engañar a mi corazón para que le haga caso al cerebro, a saltar de un lado para otro, a vivir cosas efímeras que no llegarán ningún lado, mis sentimientos hacen como que se lo cree , y parece que no sufro, que no duele, pero nunca supe como hacer para ser realmente feliz, para que “el dolor no amargue”. Y quizás mañana te volveré a odiar, pero el odio no es más que amor rabioso, amor impotente que no tiene otra manera de expresarse.

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