lunes, 22 de noviembre de 2010

Enamorada

Hacía tiempo que no escribía, quizás porque últimamente se había sentido bien, y no tenía la necesidad de descargar la tristeza, ira o rabia sobre el teclado, pero esta mañana le pareció oler su colonia, la de él, y ya no pudo más. Pese a todo, su presencia la había servido para darse cuenta una vez más de lo niña que era, tenía aún cosas que aprender, cosas en las que dejar de creer, se dio cuenta de lo peligroso que fue abrir su corazón, y de lo cuidadosa que debería ser la próxima vez, de ir con pies de plomo, de no derrochar sentimientos... Ahora no lo echaba de menos, no, a él no, echaba de menos esa sensación estúpida, esas ganas de querer a alguien, esa ilusión cuando sonaba el móvil, tener a alguien que le abrase, ella no estaba más que enamorada del amor, y sabía que siempre lo estaría, aunque se molestara en construir esa fachada cínica.

No hay comentarios:

Publicar un comentario