jueves, 2 de septiembre de 2010

Vuela

Llegar con prisas al aeropuerto, facturar, abrazos y hasta pronto. Subirse al avión, sentir un cosquilleo en el estómago al despegar, mirar al cielo durante el vuelo, nerviosismo, sobre todo. Conocer un país nuevo, descubrir olores, sabores, perderse por sus calles, escuchar música en un idioma que no es el tuyo, y aunque sin entenderla llegar a sentir algo, ver gente distinta que camina por ese lugar como pez en el agua.


Una cámara colgada del cuello, y un click tras otro, guardar imágenes extraordinarias en una pequeña tarjeta de memoria. Por eso su cámara era tan importante para ella, allí guardaría momentos, segundos, que no volvería a vivir, porque ya formarían parte del pasado. Su cámara, compañera inseparable, con la que había captado sonrisas, saltos, juegos, abrazos, lágrima y paisajes imposibles...


Recorrer el mundo, desgastar sus All Stars.


Y por supuesto, poder dejar un amor en cada continente.

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