Cuatro letras llenas de promesas y de maravillas, de sueños, de besos, de caricias… Cuatro letras que habían inspirado películas y libros, letras que pululaban por el ambiente contaminando las partículas del aire. Cuatro letras que ella tiraba por el sumidero.
AMOR. Ella no creía en el amor, demasiadas historias inconclusas y pocas ganas de escribir. Comenzaría al juego de nuevo, si todos jugaban ella también, total por una partida más…
Y tras llegar a esta conclusión apagó las luces de su habitación y se fue a dormir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario