Tenía el deseo de beber hasta consumir la última de sus neuronas, acabar con los recuerdos, acabar con esa sensación de frustración que recorría su cuerpo, ahogarse en lágrimas agrias, que algún desconocido la vistiera en éctasis, cerrar los ojos y caer, caer, caer… No habrá nadie abajo para sujetarla.
Tonta niña, eres tonta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario