martes, 22 de diciembre de 2015

Pensamientos de un zombie a las ocho de la noche

Voy, ya voy,
lo romántico
irremediablemente me lleva a
la muerte
y a Shakespeare,
y  al loco amor de una noche de verano
que nunca tuve.
Sentirte lento,
y todo rápido,
a la vez,
y tener el corazón en llamas
y frías la manos.
Que la cabeza te acose,
y te meta mano,
te deje sordas las venas.
Entré desarmada,
amada,
tocando lo tocado.
Hasta mis cruces
se ríen de mis pecados.
Aprendí a aprender
y te vi
completamente diagonal,
y quise ser trípode,
y dejarnos fijos,
siempre fijos,
porque está que me quieras sentir,
y luego todo lo demás,
y que las letras me sobren,
que ma andan los labios,
y todas esas lentillas
que me rayan los ojos.
eso de ser zombie
sucede a todas horas.
Contaría el mismo cuento
todas las noches,
porque tres por tres son nueve.

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