domingo, 22 de noviembre de 2015

declaración

La muestra más grande de desamor,
se olvidó del sonido de mi risa,
y ya está
carpetazo
y no recuerdas su voz,
ni como se tocaba el pelo,
el tacto de su mano
cuando caminaban
al lado,
o si cerraba o no
los ojos al besar.
Y ya está
una historia más
alguna lágrima que derramar
y
     esperar.
Da miedo
esa capacidad de olvidar
como si no fuera capaz
de albergar en mi interior
todas las risas del mundo.
Todo lo que te hacía suspirar
se pierde
entre los pliegues de la memoria.
Y de pronto unas paredes grises,
y polvo,
y una cama eterna
y una ciudad tan fría que nos mató.
Todo se cayó
en la isla que fui de pequeña,
y una manchas de carmín,
y el temprano despertar,
y mar (lo sé, ahora siempre está conmigo)
y luces, tantas luces...
Tantos días
y tan pocas líneas,
que a veces
esto de querer
me parece un chiste,
o un cuento que nunca acaba,
una almohada
que se fuga de su cama.

No hay comentarios:

Publicar un comentario