sábado, 7 de junio de 2014

Él, él, él

Ella, ella sonríe, recuerda todo, un centímetro, dos, y se, estremece, y tiembla, porque le tiene a su lado, porque siempre están las mañanas y porque todavía quedan noches, y suspiros, y susurros, y  ronquidos.
Cada gesto, cada abrazo, cada caricia, cada palabra bonitas pronunciada por sus labios, porque es él, sólo él.
Ella desea cada centímetro de su piel, conoce los treinta lunares de su espalda y está orgullosa de verlo siendo lo que quiere ser. Confiesa, y a tientas, que lo quiere como no a querido a nadie, en su rareza, en su gracia, en su singularidad, su pelo alborotado, sus ojos casi verdes, su piel clara y extremadamente suave a las diez de la mañana. Ambos se enfrentan a momentos difíciles, pero con Él nada le da miedo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario