jueves, 15 de marzo de 2012


Sé que no te tengo 
pero a veces juego a que si 
y nos veo, a ti y a mí,
 a ritmo de jazz
dejándonos llevar por el compás de la madrugada,
tus dedos bailando sobre mi espalda
mientras las respiraciones se mezclan
en una habitación llena de miedos.
Guerras sin ganadores
solo con batallas 
en la que cada soldado lucha con esmero.
Yo me enredo entre tus sueños
tú suspiras  y olvidas las palabras.
Los besos saben a rabia
las caricias desgarran la piel.
Sé que no te tengo,
pero cada noche camino por tu cuello,
 y dejo miles de besos
que se pierden, 
se esfuman con cada amanecer.
Qué suerte aquella a la que agarres de las caderas,
aquella que sienta el peso de tu cuerpo,
y tu aliento acaricie su oído.

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