Ella es una Cenicienta atolondrada, que pierde los tacones a
pares, y en sus fiestas no suena valses sino música que le pone la cabeza del
revés. Sus príncipes no son de sangre azul, a veces ni sangre tienen, y se limitan a besarla guardándose el corazón
para ellos, y escondiendo la pasión en cajones bien cerrados.
Cenicienta se ahogaba en vasos de cristal, para quitarse la
idea de que sus labios saben a olas, a olas furiosas con espuma, de esas que retumban
en el eco de la costa.
Esta tonta princesa no era de cuento, pero intentaba
escribir su historia, con muchas faltas de ortografía y borrones de tinta, pero
todas las historias tienen un final feliz ¿no?
Tienen el final que tú quieras poner...si es que quieres un final...
ResponderEliminarLa mayoría de las veces las cosas no salen como las quieres escribir.
ResponderEliminarCasi seguro, salen diferentes a como las quieres escribir...incluso puede que mejor.
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