martes, 26 de junio de 2012

Eres mi madrugada.


¿Cuántos te quiero habrán muerto por falta de besos? 

¿Cuántos habrán mentido creando sonrisas?

Curiosa palabra,

curioso verbo el de querer, 

que gris se pone en el recuerdo 

y que azul se vuelve en la nostalgia.

Me gusta como quieres cuando exhalas humo de tu boca,

y  como me quieres con tus pupilas trasnochadas.

No importa que la noche nos deje plantados una vez más, 

que ya dibujo yo las estrellas sobre tu cuerpo,

que ya yo te enseñaré mi mar para que te pierdas en el.

Se mi poesía, 

no me enamores,

pero ámame, 

hasta poder ver ese brillo de sudor en tu frente 

y sentir  caricias derrotadas de tus manos ya sin fuerza.

No hace falta que te quedes a dormir,

que yo nunca duermo sola, 

pero vámonos afuera,

 que la luna está buena para irnos a bailar.

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