Era la una de la mañana, y Ella, rodeada de mantas, se
preguntaba dónde estarías ahora. Le gustaba imaginarte en aquella ciudad mágica
llena de leyendas y de historias escondidas en los rincones, no sabía porque,
pero en su cabeza encajabas perfectamente entre todo ese bullicio. Pensó que
hubiese sido perfecto estar junto a ti, y enamorarte en la verdadera ciudad del
amor. Te echaba de menos, que estúpido echarte de menos, pero daba igual, costase
lo que costase, no quería renunciar a ti y a la opción de poder tenerte algún
día entre sus brazos, aunque cada vez quedase menos tiempo para despedirse.
En la verdadera ciudad del amor, el tiempo se detiene, así que no hay que renunciar a tener entre las brazos, a quien amas. Me ha encantado!!!
ResponderEliminarMe parece fatal que entre desde mi pueblo y en vez de Cortiguera ponga Ponferrada, ehhhhhh.
ResponderEliminarPD. Estoy de acuerdo con Senda en todo.